domingo, 22 de noviembre de 2009

Las rayas

Las rayas forman parte de la familia de los peces cartilaginosos (como el tiburón). Poseen un cuerpo aplanado, adaptado a su método de vida béntico. Las rayas son omnipresentes en las Islas Canarias, que cuentan con más de 85 especies de peces cartilaginosos catalogados.




Mientras que los ojos se encuentran en la parte superior del cuerpo, cerca de los espiráculos, la boca esta situada en la parte ventral. Es potente y proporcionada de una multitud de pequeños dientes, un poco como los tiburones. Las rayas se alimentan con moluscos, crustáceos e incluso pequeños peces. La raya Manta, se alimenta con plancton. Los espiráculos aspiran el agua y la raya puede así respirar, incluso ocultada bajo la arena, a través de sus 5 pares de branquias ventrales.






Las rayas poseen un arsenal de recursos defensivos. Esta a veces inexistente según las especies pero se caracteriza generalmente por la presencia de aguijones en la cola. Algunos pueden tener veneno. La raya torpedo utiliza la electricidad para protegerse.





En la copula, el huevo se fertiliza en el vientre de la hembra. Las rayas pueden ser ovíparas u ovovíparas, según las especies. Nunca he tenido la ocasión de encontrar huevos en mis inmersiones en Tenerife, pero se parecen a la fotografía al lado.









Cuando se vive sobre un fondo de arena, es difícil ocultarse de los depredadores o también cazar al acecho. Algunas especies, como la mantelina por ejemplo, desaparecen completamente debajo la arena. Como es difícil identificar a la raya torpedo de la fotografía al lado… y allí me pregunto siempre cómo hacen los guías de buceo para encontrarlas… Desgraciadamente, algunos practican el desarenado sistemático, lo que perturba el comportamiento de las rayas.



Este es la lista de las rayas que tuvo la oportunidad de observar en Tenerife:

El chucho (Dasyatis pastinaca) es la raya la más frecuente en las aguas de Canarias. Puede superar el metro de envergadura aunque la gran mayoría de los ejemplares encontrada en Tenerife supera raramente el metro y medio. Son muy ágiles y rápidas. Se los encuentra principalmente en lugares con gran superficie de arena y por supuesto en los puntos de inmersión donde se le dan de comer.


Al chucho negro (Taeniura grabata) le gusta la oscuridad de las cuevas y proyecciones. Puede también cubrirse de arena para pasar inadvertida. Generalmente, los encuentros con esta especie son ocasionales pero muy enriquecedores. Si no lo molestamos, el chucho negro permanece en su sitio, sin mostrar señal de “nerviosidad”. Y si se lo encontramos en plena agua, se alejará tranquilamente de los submarinistas pero sin que se dejará seguir. Puede alcanzar 2,5 metros de envergadura. Algunos científicos afirman que habría venido de Mar Rojo…

La Mantelina (Gymnura altavela) nada con una gracia increíble, deslizándose sobre el fondo con una precisión quirúrgica. Reina incontestada del camuflaje, es muy difícil pillarlas cuando se enarenan. Por otra parte, ella misma está convencida de su invisibilidad, lo que permite acercarse muy, muy cerca. Si por desdicha esta desarenada, se sentirá vulnerable y huirá a toda velocidad, empujando a los espectadores en su camino. Una práctica que no se debe recomendar.


La raya torpedo (Torpedo marmorata) se encuentra también generalmente ocultada bajo la arena. Nada muy mal pero posee un sistema de defensa que electrifica… Puede producir descargas eléctricas hasta 200 voltios… El torpedo utiliza estas descargas para cazar también. Llegó a experimentar eso en una ocasión, colocando la mano por descuido sobre uno de ello, invisible bajo la arena. La sorpresa fue más fuerte que el mal. Si se molesta a la raya, se levanta para mostrar su vientre, donde se sitúan los órganos productores de electricidad. La raya torpedo está sin ninguna duda consciente de su relativa invulnerabilidad, y no huirá en la presencia de los submarinistas. Todo el contrario, puede nadar hacia ellos sin duda, los submarinistas alejándose de su camino… Puede alcanzar el metro de longitud, pero la raya torpedo la más grande que he visto en Tenerife no sobrepasaba los 60 centímetros.


El ratón (Myliobatis aquila) posee un frente muy señalado y es así fácilmente reconocible. Se llama también águila marina. Utiliza sus aletas como lo haría un pájaro, lo que vuelve sus movimientos muy majestuoso. Muestra una determinada curiosidad para el submarinista y no duda en acercarse para ver lo que pasa… Pero la mayor parte del tiempo los encuentros son a distancia de seguridad, incluso de visibilidad… La raya águila en esta fotografía estaba buscando comida en la arena. Pueden alcanzar el metro cincuenta de envergadura.


La raya obispo (Pteromylaeus bovinus) puede hacernos el honor de su visita durante nuestras inmersiones en Tenerife. Los encuentros son raros y los submarinistas saben gozar de cada segundo. A menudo se confunde con un ratón ya que posee una silueta similar pero las bandas claras sobre su espalda permiten una identificación rápida a la simple vista. Puede alcanzar más de 2 metros de envergadura y su estilo de natación hace pensar al vuelo de un ángel... Una especie que es difícil acercar y seguir, no tiene la reputación de sobrevolar por enzima de la cabeza de los submarinistas…



El chucho de clavos (Dasyatis centroura) está sin duda la raya la más grande de los alrededores. Los especimenes que se pueden encontrar en el sur de Tenerife son de tamaño adulto, lo que significa unos 2 metros de envergadura para los más grandes. Se puede encontrar bajo proyecciones o en cuevas. Esta raya es muy sedentaria, se la encuentra sobre todos en los lugares de feeding. Posee una cola larga y gruesa, derramada de pequeñas puntas a la base y de aguijones impresionantes.


Fuera de concurso, el angelote (Squatina squatina) no es una raya sino un tiburón… de verdad.



Es muy frecuente encontrar a rayas en las inmersiones en Tenerife. Algunos lugares de fish feeding se reparten alrededor de la isla para garantizar a los visitantes subacuáticos encuentros inolvidables y muchas fotografías de recuerdos… Pero, dar comida a los peces tiene consecuencias enormes sobre sus maneras de vivir. La presencia de los submarinistas se percibe de manera completamente diferente según la frecuentación del lugar. En los puntos de feeding, las rayas se acostumbran a los contactos físicos. En los puntos de buceo frecuentados al diario y dónde el feeding no se practica (al menos a gran escala…), se puede asistir a un cambio completo de actitud. ¿Cuántas veces la raya que aparece en este pequeño vídeo fue desarenada antes de tener alergia a los submarinistas?



Un otro problema vinculado al feeding es el cambio de actitud de los peces entre ellos. Los sargos breados por ejemplo, atacan a las rayas cuando cogen comida de las manos humanas. Las mordeduras cesan cuando la raya libera a su presa, y por supuesto a su beneficio… Las heridas no curan en la espalda a rayas, sirven constantemente de blanco.





Las rayas de Tenerife tienen dificultades para quedarse con su cola… Algunos pescadores locales persisten a creer que las rayas representan un peligro sistemático para el ser humano y practican amputaciones antes de devolver al agua los ejemplares de poco valor comercial. Las rayas no son conocidas como “come hombre” pero no dudan en defenderse si se sienten amenazadas. Al adoptar un comportamiento responsable y respetuoso, el submarinista puede acercarse sin peligro, obviamente.

3 comentarios:

  1. es genial tu aporte me sirve a para uan tarea muchas gracias!

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  2. muy fuerte me encanta la vida marina y nos proporciona seguir descrubriendo muchas especies que nunca hemos visto y otras cosas mas como cuevas ect......

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